El café es una bebida deliciosa que muchos toman para comenzar el día, su efecto relajante hace que se disfrute plenamente, y qué decir de la sensación que se produce en el cuerpo al entrar a un lugar y percibir su aroma. ¿Te has preguntado por qué sucede esto?
La fragancia de aquel perfume que despide el café crea efectos en el cuerpo humano que se reflejan como estímulos que provocan el despertar de los sentidos sin tener la necesidad de consumirlo, su esencia tiene un gran efecto en el comportamiento ya que este aroma tiende a mejorar el humor y liberar del estrés.
El olor del café puede variar de la manera en cómo se haya llevado a cabo su elaboración pero lo curioso es que también interviene su preparación para que proporcione distintos matices en el aroma que la nariz es capaz de captar y que se vuelve indispensable para muchas personas.
Toda esta buena química también se debe a las experiencias personales y su relación con el aroma del café, pues con sólo olerlo puede hacer sentir bien de forma inmediata, ya que el olfato actúa como una señal de alerta y transmite al cerebro si se trata de un producto beneficioso o perjudicial para el organismo.
Al percibir un olor que nos rememora un momento o alguna cosa traemos al presente todo lo que sabemos sobre ello y justamente esto sucede con el aroma del café, ya que produce una señal eléctrica que llega al cerebro, donde se encuentra un archivo personal de olores que tiene cada individuo desde que nace.
El percibir el aroma del café, tiene un efecto similar que el que provoca beberlo, lo que lo vuelve tan placentero y ocasiona que se desee igual o inclusive más que tomar una taza de café al día, ya que el cuerpo presenta un empuje de energía y lo pone en un sentido de alerta que incrementa el rendimiento en el desempeño de tareas.
Así que si no eres muy amante de beber café pero quieres sentir sus bondades, déjate envolver por su aroma.
