Los ciclos de la vida dicen que todo tiene un principio y un final, entre las características de los seres humanos está adaptarse a estos cambios, es parte de su naturaleza. Como sabemos, el café lleva siglos de existencia y su auge lo ha convertido en la actualidad en una bebida indispensable en muchos aspectos; su consumo ya rebasa hasta las tres tazas diarias, lo que lleva a su producción a intensificarse cada día más.
Diversas modificaciones para proteger este fruto, como las variaciones en su producción, son consecuencia de todo esto pero pensar en su extinción es cosa que casi muchos no se plantean, ni siquiera aquellos que tienen este hábito demasiado inmerso en su vida. Si el café no existiera, afectaría no sólo a quienes disfrutan de tomarlo, sino también a aquellos de los que éste forma parte de su economía.
Las consecuencias del cambio climático han llevado a esta semilla a advertir de su posible desaparición. Gracias a los estudios que se le realizan, se puede dar un estimado de la posible fecha en que este acontecimiento puede ocurrir.
Aunque esto sólo sea una prospectiva, si su producción y consumo desmedido sigue en aumento, los cálculos se adelantarán ya que las tierras para cultivar esta planta se reducirán a la mitad en 2050, por lo que el cálculo de su completa extinción está programado para el 2080.
Pese a que las fechas previstas se encuentran lejanas, numerosas labores ya se han comenzado para enfrentar el impacto que generaría esta probable pérdida, como crear plantas más resistentes a enfermedades, plagas y cambios en el clima, todo esto como medida preventiva.
Así que si eres amante del café, comprende el alza en su precio y colabora con el cuidado al medio ambiente. Compra productos orgánicos certificados que reduzcan los niveles de contaminación. Busca marcas nacionales y sobre todo, haz conciencia dentro de tu entorno. El café es de todos.
