El café es tan antiguo que ha progresado en distintos sectores, son tantos los años que lleva inmerso en la sociedad que ahora abarca gran parte de la economía, la mayoría de sus consumidores lo considera indispensable para su día a día pero, ¿quién fue el descubridor de este elixir de la vida?
El descubrimiento comenzó en el año 300 D.C. con un hombre llamado Kaldi nacido en Etiopía, quien después de extraviar a sus cabras y luego de una ardua búsqueda, notó un extraño comportamiento en ellas, las examinó con detenimiento y detectó un estado de agitación extraña tras comer los frutos rojos de unos arbustos, por lo que se preguntó cuál era la razón de tan rara conducta. Esto lo intrigó tanto que un día decidió probarlos, y la consecuencia fue que empezara a ponerse inquieto y sin poder dormir.
Kaldi explicó lo ocurrido en su pueblo y llevó los granos a un monasterio, donde a los monjes no pareció gustarles mucho su sabor, por lo que arrojaron los frutos al fuego, la semilla en llamas se separó de la concha, el grano empezó a tostarse y comenzaron a sentir el aroma que desprendía este peculiar fruto.
Luego, decidieron tomar la semilla tostada como infusión, y así lograron mantenerse despiertos toda la noche para poder rezar. Desde entonces empezaron a consumir esta bebida habitualmente, ya que los ayudaba a prolongar sus oraciones.
La transformación del café no terminó ahí, se probaron distintas recetas hasta descubrir que al hervir sus granos tostados se obtenía una bebida ideal y energizante que logró expandirse por Arabia y después Europa.
Detrás de la bebida que ahora es una de las más consumidas en el mundo existe una gran leyenda de cómo se descubrió. Gracias a estos pasajes hoy podemos disfrutar de esta deliciosa bebida desde casi cualquier lugar. ¡Salud!